| Castilla y León se confirma como la principal región de España en este cultivo, donde la superficie se ha ido incrementando año tras año. Esto ha convertido a nuestra comunidad en la región con mayor superficie de España y de las primeras de Europa, contando con una producción record en el último año. ¿A qué se debe este auge en el girasol? En la Asociación Española de Girasol podemos encontrar algunas respuestas sobre la bondad y rentabilidad del cultivo dentro de la alternativa de la explotación: Las principales razones agronómicas son que el girasol es un cultivo rústico, versátil y de fácil manejo. Además, favorece la movilización de agua y nutrientes de capas profundas del suelo, y hace un uso muy efectivo del agua disponible, ya que las nuevas variedades consiguen un mejor aprovechamiento del agua. En cuanto a la rentabilidad, el girasol es el cultivo con menor coste por hectárea y por tanto menor necesidad de capital circulante, proporcionando una buena rentabilidad. En los últimos cinco años de la rotación cereal-oleaginosa, el girasol ha confirmado ser el cultivo de mayor rentabilidad sobre lo invertido. Por otra parte es necesario decir que la opción de barbecho no es gratis, y por último el girasol cuenta con una ayuda suplementaria por cultivo oleo-proteaginoso. También es necesario hablar de los importantes beneficios ambientales que este cultivo conlleva, puesto que el girasol tiene la capacidad de romper el ciclo de enfermedades y malas hieras del cereal, constituyendo la alternativa prioritaria en las explotaciones agrarias de secano, cumpliendo una importante función ecológica, al ser prácticamente el único cultivo existente en el verano, cuando la mayoría de los secanos están vacíos, concluye la AEG. Además, el girasol ha experimentado en los últimos años grandes avances genéticos para cubrir las principales necesidades del agricultor con diversas características agronómicas como resistencias al jopo, cada vez más presente en Castilla y León, o enfermedades fúngicas como el mildiu, y tolerancia a herbicidas como las sulfonilureas o la tecnología Clearfield. Todo esto nos abre un abanico de variedades entre las que el agricultor debe elegir según la que más se adapte al tipo de cultivo o las necesidades agroclimáticas de la zona. En primer lugar las principales características que debe reunir una variedad son un buen vigor de partida, un ciclo adaptado a la fecha de siembra, tolerancia al stress de las altas temperaturas del verano, una producción alta y estable, y por supuesto un alto contenido en grasa, lo cual las hace más atractivas para la industria extractora. Estas son unas características presentes en la variedad Krisol líder del mercado durante muchos años, o la nueva variedad SY Gibraltar. Finalmente, el tipo de aceite de la variedad es una importante decisión ya que, según sea convencional o alto oleico, el precio de la cosecha variará. El tratamiento y la presentación de la semilla también ha sufrido importante innovaciones en los últimos años como es la tecnología Unistand, un sistema de pildorado de la semilla que consiste en un recubrimiento con una resina de madera aprovechando para incluir un starter que favorece la nacencia. Con esto se aumenta la eficacia de la siembra consiguiendo una distribución uniforme de la semilla y una mejor implantación del cultivo. Por otra parte, el cultivo del girasol está cada vez más introducido en los regadíos, ya sea como cultivo principal o como rastrojero después de cereal, debido a los bajos costes necesarios y la excelente rentabilidad que puede obtenerse. Todo esto ha hecho que el girasol en Castilla y León tenga un futuro ilusionante, llenando de vistosidad nuestros campos en verano y proporcionando una alternativa rentable para los agricultores. | 
