Eusebio Martínez era el alcalde de Valencia de Don Juan, corría el año 1919 y publicó el 15 de diciembre de ese año un bando en el que se podía leer “el Ayuntamiento de esta villa, capital de partido, de la provincia de León, situada en la fértil ribera del río Esla (…) acordó la creación de una feria de toda clase de ganados y demás especies que se celebrará el jueves y viernes antes del domingo de Carnaval y en los sábados víspera del Domingo de Carnaval y ese mismo día, se celebrará otra de pollinos garañones, que tendrán lugar todos los años, celebrándose en el próximo en los días 12, 13, 14 y 15 del mes de febrero del año de 1920”. Seguro que Eusebio Martínez no se podía imaginar que un siglo después la feria se seguiría viva y recordaría ese bando para regresar a sus orígenes y recuperar los cuatro días de duración. Una feria que ha pasado de ser exposición de lo más novedoso en arados romanos y en los mejores ejemplares de garañones, a los actuales tractores que trazan los surcos sin un centímetro de error. Una cita que según ha recordado el alcalde de Valencia de Don Juan, Juan Pablo Regadera ha sido testigo de eventos como la Guerra Civil, una república o la rebelión de una comarca para evitar que se instalara en ella una central nuclear. Cien años “de viaje desde el arado romano a los tractores guiados por GPS, del burro zamorano-leonés a los vehículos eléctricos”. Leer el artículo completo |