La ira

«Si se enojan, no pequen». No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.
Efesios 4:26-27

La gente necia «da rienda suelta a su ira», tal y como lo dice Proverbios 29:11.

Entendemos que hay diferentes temperamentos y tenemos visibles reacciones a momentos específicos. Creo que estar de mal humor de vez en cuando es normal, lo que no debemos es ser iracundos. Todo el mundo rechaza a la persona iracunda por ser muy problemática.

¿Quién desea tener un amigo, un cónyuge, un pastor, un médico, un maestro, un hijo o un padre iracundo? ¡Eso es terrible! Una persona explosiva te puede sorprender en cualquier instante y casi siempre termina involucrado en más de un problema. Ni siquiera es aconsejable unirse a personas así, porque terminas lastimado.

Si tu cónyuge se enoja con facilidad, debes orar por un milagro. Claro, mientras no corra peligro tu vida o la vida de tus hijos. Solo Dios puede transformar semejante persona.

También la Biblia les aconseja a los padres que «no hagan enojar a sus hijos» (Efesios 6:4).

Sé que a veces los padres podemos desesperar a nuestros hijos, ya sea controlándolos, lastimándolos o insultándolos, y esta es una advertencia que nos hace Dios.

Tú y yo podemos cambiar y entregarle esta esfera de nuestra vida a Dios, quien puede hacer la obra. Él es el único que puede darnos domino propio y poner en nosotros el querer como el hacer.