Nuestra identidad está en Dios

Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten [...] pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
Deuteronomio 31:6

Estos días venimos reflexionando en cómo la vida nos puede cambiar y de qué manera en diferentes personas la vida es aún bella, cualquiera que sea su condición, pues encontraron su identidad en Cristo.

Esta es mi reflexión para cada uno de nosotros: Aunque tengamos en nuestro cuerpo marcas de accidentes, defectos físicos o cualquier cosa que nos haga sentir diferentes a los demás, debemos entender que Dios nos ama igual. Si Él permitió que llegaras a este mundo, no eres una equivocación, ni eres un estorbo, aunque personas sin sentimientos algún día te lo hayan dicho o te hayas sentido despreciado y rechazado. Quiero reafirmarte hoy que no eres algo que se escapó del control de las manos de Dios y que Él no está al tanto de cómo te sientes.

Tú debes aceptarte hoy como eres. Debes quererte como eres y tener muy claro que eres un hijo de Dios. Tu identidad está en Él. A pesar de tus limitaciones, Dios es el que te ama de manera incondicional, te defiende y te protege. Nunca te rechazará ni te abandonará. Cuando entiendes esto y lo llevas de tu corazón a tu mente, cambia la manera de verte y de comportarte. Así que no olvides que hay miles de valientes que incluso con su impedimento son deportistas, cantantes, artistas, predicadores, bailarines, comunicadores, padres y madres de familia, maestros, profesionales en todas las ramas, y que se han destacado aun más que una persona con todas sus capacidades.

¡Anímate! No te eches a morir. Dios te necesita y el mundo espera por otro valiente como tú.