Hijos, valoremos a nuestros padresEscucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana. Proverbios 23:22 Padres y madres, no se vayan de la meditación de hoy. Nosotros también somos hijos. Aunque ya lo mencioné al inicio de este libro, el único mandamiento con promesa es que honremos a nuestros padres para tener una larga vida. ¿Te imaginas lo que para Dios significa el respeto a ellos que hasta puede ser una condición para vivir muchos años? Sé que cuando somos jóvenes y adolescentes, los consejos de papá y mamá son a veces hasta fastidiosos. Su compañía en ciertas edades hasta molesta en determinadas etapas de la vida. Salir con ellos… ¡huy, qué pena! No obstante, todo esto pasa y, a medida que vamos creciendo, madurando, aprendiendo y perdonando, vamos cambiando la manera de verlos y respetarlos. Cuando llegamos a la etapa de ser padres, es que al fin apreciamos todo lo que hicieron por nosotros. Cuando esos hijos crecen y nos faltan al respeto o nos hacen sufrir, por fin nos ponemos en los zapatos de nuestros papás que nos aconsejaban y velaban por nuestro bienestar. Nunca es tarde para atenderlos, para acompañarlos, para disfrutarlos y hacer lo que dice la Biblia: «Honra a tu padre y a tu madre» (Éxodo 20:12). |